14 septiembre 2010

Nos veremos junto al Río

¡Cuantas tardes y mañanas nos han encontrado trabajando, escribiendo, corrigiendo! ¡Cuantas veces hemos modificado versos, párrafos, imágenes! Hasta que con tu sonrisa de satisfacción me decías imprimilo así.

Y pasaron cuentos, poesías, investigaciones... pero quedaba la alegría de ver un buen producto final.

¡Cómo contagiaba tu energía! tus ganas de seguir a toda hora.

Al verte en una cama sin fuerzas para seguir escribiendo venían a mi mente esas horas de trabajo, de viajes, de anécdotas e historias que la vida te fue ofreciendo y vos las ibas almacenando para poder compartirlas con amigos, colegas y alumnos.

Y en esa situación, debilitado por una cruel enfermedad, seguías dándome indicaciones de cómo arreglar o modificar algún trabajo.

Fuiste para mi un gran amigo, y un gran ejemplo. Eso era para mi "no darte por vencido ni aún vencido".

Me hubiese gustado estar más tiempo a tu lado en tus últimos días, pero sabías la razón del impedimento.

Cuando el sábado me dijeron que no podía entrar a visitarte porque no era hora de visitas, al observarte a lo lejos tuve la impresión de que nos veríamos junto al río. Y se que ya estás allí esperando hasta que llegue ese día.

Mientras... seguiré tu ejemplo y diré como lo dice tu poesía "Mi amigo no ha muerto, dejad el balcón abierto".

Héctor

1 comentario:

Norma Gra dijo...

Buscando material para un taller de lectura y escritura en un Encuentro de estudiantes de Nivel Superior en Villa ángela, me encuentro con la noticia de la partida de Florencio. Un reconocido y respetuoso recuerdo para quien ha compartido con nosotros días de escritura y goce estético.
Dejo aquí un poema que escribió en 1992 cuando estuvo en nuestra ciudad para dirigir un taller de escritura de literatura regional.
A ALFREDO VEIRAVÉ EN VILLA ÁNGELA (Godoy Cruz)
Cuando retorne, amigo, el zureo
De la paloma torcaz en la mañana de esta villa
Que cantas, Villa Ángela,
Quizá tu sombra, Alfredo, deambule y se aposente
Sobre la áurea ternura del gomero,
Sobre la palma de sus hojas blandas.

Y volverá la voz de tu poema amanecido
En la mañana de esta Villa Ángela,
Hacer un eco entre los cacharros y los palmerales,
En el entresueño azul de ávidos aljibes,
En el sediento labio enamorado.

Junto a la sombra del poeta
Canta la paloma torcaz en la mañana
En Villa Ángela.

Norma Graciela Cardozo